Centroamérica: un viaje por los países productores de los mejores cafés del mundo
El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo y uno de los productos estrella de Centroamérica. El célebre grano es considerado como oro negro en el territorio tropical, ya que una significativa parte de las exportaciones de la región se deben a este producto, que aporta importantes ingresos en las economías de los países de la zona. Además, el área centroamericana concentra más del 10% de su producción y exportación.
Centroamérica cuenta con unas condiciones geográficas excepcionales y favorables para el cultivo del café: áreas montañosas, altiplanicies, árboles milenarios y suelos volcánicos entre otras. Por otro lado, su clima tropical junto con periodos de abundantes lluvias, propician el crecimiento y desarrollo de los cafetos. A estas exclusivas características de la zona, se suma la arraigada cultura de cuidado del producto: cada país lleva a cabo meticulosos programas y procesos de elaboración del café basados en el esmero y en el trato de los granos para crear un café con un sabor y aroma de calidad.
Honduras, a la cabeza de la producción cafetera
Un total de seis regiones integran la red de producción de café en Honduras; el principal productor de esta bebida en Centroamérica, cuya alta calidad es reconocida mundialmente. La más destacable de estas regiones es Copán, una zona montañosa donde se elabora un exquisito café de aroma dulce con notas afrutadas, de cacao y de caramelo. La relevancia de Copán como origen de prestigio está avalada por la denominación de su café en la etiqueta Cafés del Occidente Hondureño (HWC).
La zona de Opalaca, de estructura montañosa en un ambiente silvestre, produce un café ácido lleno de sabores afrutados como moras y uvas propias de la zona. Montecillos es la región del café fino y de corte gourmet, con aromas cítricos propios de esta zona de gran altitud y noches frías. En Comayagua, se encuentra un café exótico y ácido, cultivado en suelos húmedos de colinas, regados por periodos de lluvia intensos. Paraíso, cuyas temperaturas altas propician un café más dulce y suave, y Agalta, un emplazamiento tropical que elabora un café ácido con notas afrutadas y de cacao, son las otras dos regiones hondureñas que consolidan el país como tierra de contrastes y de cafés de alta gama para todos los gustos. Además, Honduras ofrece visitas a fincas de café para aprender sobre su proceso de cultivo y elaboración.
Guatemala, un café de altura
La disposición geográfica del país se caracteriza por sistemas montañosos, cordilleras y volcanes; con unos suelos fértiles y ricos en nutrientes que propician el cultivo de un café de alta calidad que crece a una altitud mínima de 1.500 metros. El clima tropical y los períodos de intensas lluvias han contribuido también al reconocimiento del café de Guatemala como uno de los más valorados del planeta. El resultado es un producto procesado, en muchos casos, de forma artesanal sin alterar su aroma y sabor.
El país también alberga el Museo del Café, un lugar que permite a sus visitantes, además de aprender sobre la plantación y creación del café, conocer su historia y degustar una deliciosa cata de las variedades más típicas del país: Bourbon y Caturra, entre otras especialidades de tipo arábica, principalmente.
Costa Rica, calidad por encima de cantidad
El clima de Costa Rica es tropical durante todo el año, alternando periodos de fuertes lluvias y temporadas secas. Dada la heterogeneidad geográfica del país, este produce numerosas variedades de café 100% arábica.
El principal rasgo distintivo del café costarricense es la concentración de parte de su cultivo en los ricos suelos volcánicos, con lo que se obtiene un grano de calidad superior con poca acidez y muy valorado por los paladares más exigentes. En cierto modo, esto se debe a que Costa Rica produce una cantidad de café limitada, pero que asegura la excelencia de todas sus plantaciones y de los granos obtenidos.
Nicaragua, tierra de volcanes… y café
Otra tierra de volcanes que entre sus atractivos principales también incluye el café. El clima subtropical del país, sus lagos y las constantes lluvias hacen de sus suelos un lugar fértil y húmedo donde cultivar cafetos. Los granos obtenidos se caracterizan por su alta dosis en cafeína y su sabor cítrico, floral y dulce, con numerosas variaciones, pero que mantienen esta esencia.
El Bourbon es la tipología de café más producida, cuyos granos son tratados añadiéndoles sabores como vainilla y chocolate o de frutas. Otra de sus variedades más destacables es el Nicaragua Maragogype, de granos de gran tamaño recogidos y tratados de forma artesanal que le otorgan un sabor de marcada acidez.